MO Monastrell Salinas 2010

Nota de Cata

En la anterior entrada hablé de la familia Castaño y de uno de sus vinos más conocidos de la D.O. Yecla, el Hécula 2010. También mencioné que habían ido creando otros proyectos más allá de su bodega tradicional. Por eso, en la entrada de hoy, quiero traer otra de sus bodegas: Sierra Salinas. Un proyecto que a mí me atrae mucho y que conozco desde hace algún tiempo. De hecho, por ella terminé conociendo las Bodegas Castaño y toda su gama de sus vinos.

Por expresarlo brevemente, Sierra Salinas es la bodega bajo la que la familia Castaño produce sus vinos de autor. Es decir, los menos tradicionales y que se distinguen básicamente por no ser vinos 100% monastrell, sino por ensamblar la monastrell con otras cepas: petit verdot, cabernet y garnacha tintorera... De su gama de vinos, compuesta por tres referencias en tintos y una en blancos, este MO Monastrell, su vino más básico, para mi es una pequeña joya y además a un precio muy contenido: desde 4.75€ la botella. Dejo, eso sí, la cata de sus hermanos mayores Puerto Salinas y de su Mira Salinas para más adelante, que también merecen ser criticados.

Hécula Monastrell 2010

Nota de Cata

La familia Castaño viene a ser en la D.O. Yecla el equivalente a la familia Gil en la de Jumilla, y como estos últimos, están detrás de proyectos francamente interesantes en la zona como son: Bodegas Castaño y Bodegas Sierra Salinas, en este caso cambiando de D.O. a Alicante.  

De entre su gama de vinos, que es amplia, siempre tuve curiosidad por este Hécula, bastante bien considerado en lo círculos de los que dan puntos. Así que me parecía de recibo pasarlo por una cata y darle unas cuantas estrellas o estrellarlo... que en esto de los vinos nunca se sabe y torres más altas han caído. 

Este Hécula es un monovarietal 100% monastrell de cepas de más de 35 años plantadas a considerable altitud en la comarca de Yecla. Vendimia en la última semana de septiembre y fermentación-maceración a temperatura controlada durante entorno a 25ºC durante 10 días. Fermentación maloláctica y crianza en barrica durante 6 meses, a mi entender y por el resultado, aunque la bodega no lo indica, en barrica nueva de roble americano.

Luis Cañas Crianza 2009

Nota de Cata

Primero fue el Borsao Selección y como no podía ser de otra forma, al final le ha tocado subir a la palestra a otro de los grandes "trendings" del vino patrio: Luis Cañas Crianza 2009, más conocido entre los circulos gafavinistas, según lo expresado por Parker y The Wine Advocate, como "el mejor vino del mundo en relación calidad-precio de 2012". Nada más y nada menos: del mundo. ¡Y mira que el mundo es grande!

Y lo cierto es que estemos más de acuerdo o menos con las valoraciones de The Wine Advocate, parece que en esta bodega algo bien están haciendo cuando han conseguido meter gran parte de su gama de vinos por encima de los 92 puntos Parker, y, sobre todo, moviendose en precios por debajo de los 20 euros. 

Por tanto, con la mejor predisposición abrí esta botella de Luis Cañas Crianza 2009, dejando la cata del Selección de la Familia Reserva 2005 para otra ocasión. 

Jean Leon Cabernet Sauvignon Reserva 2005

Nota de Cata

En la crítica a su primo hermano, el Vinya Palau Merlot 2007, puse un pero al Merlot. Algo así como que: quizá pagar casi 19€ por un crianza Merlot, cuando tienen el reserva Cabernet a algo menos de 17€, parece que va un poco en contra del criterio general de precio de los vinos. Y ahora, sin negar que va en contra del criterio general de los vinos, puedo decir que lo entiendo.

Yendo al vino que nos ocupa, tenemos un ensamblado con 85% de cabernet sauvignon y un 15% de cabernet franc, obtenido de viñas de entre 30 y 40 años, vendimiadas manualmente los últimos días de septiembre de 2005. Fermentación en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada durante unos 18 o 19 días. Paso a barrica donde se realiza la fermentación maloláctica. Crianza de 18 meses en barricas de roble francés y americano de 225 litros. Embotellado en septiembre de 2007 y reposado en botella durante 24 meses.

Viña Ardanza Reserva 2004

Nota de cata

He comentado en algunas ocasiones en este blog que durante los últimos años si lo tuyo era el tempranillo de toda la vida estabas acabado en el mundo del gafavinismo. Y ha sido así, principalmente porque la crítica, tanto la propia, como sobre todo la foránea, se ha dedicado a encumbrar a la cima a lo que se han llamado vinos de autor aka. vinos de alta expresión: vinos muy potentes, con mucho aroma, con mucho color, con mucho cuerpo, con mucho alcohol, con mucha madera, con mucha fruta, con mucho mucho. Dejando, en este tiempo, a un lado a los que ahora se han llamado vinos clásicos aka. vinos de toda la vida: vinos equilibrados, sedosos, suaves, sencillos de beber, pensados para el consumidor y no para el crítico, ... 

Esto ha sido especialmente significativo, por su trayectoria vitivinícola, en La Rioja. Sin embargo, desde finales del año pasado, parece que existe una inversión en la tendencia, motivada en gran medida por el cambio de catador para España de la revista del ínclito Robert Parker: The Wine Advocated. ¿Y en qué consiste este cambio? Pues básicamente en que se vuelven a encumbrar los vinos que anteriormente se habían dejado caer, es decir, principalmente los creados por los productores de Rioja Clásicos: Marques de Riscal, La Rioja Alta, López de Heredia, etc. Así que  hoy vamos a rendir homenaje a uno de esos Rioja Clásicos: Viña Ardanza Reserva 2004 de La Rioja Alta S.A.

Casa de la Ermita Tinto Dulce Monastrell 2010

Nota de Cata

En alguna que otra ocasión he hablado de los excelentes vinos dulces que se hacen en nuestro país. Con relaciones calidad-precio muy superiores, desde mi hematocrítica opinión, a los grandes vinos dulces europeos: sauternes, tokaji y vinos de hielo (eisewin). Por eso, me parecía de recibo traer uno de ellos a la palestra de la cata. Sin embargo, no ha sido fácil escoger cual catar en primer lugar, puesto que es tan variada (y diferente entre sí) la oferta de dulces en España, que sinceramente la elección al final ha sido por un motivo de apego a mi tierra ( y quizá por ser de los vinos dulces, los menos conocidos ): un tinto de uvas monastrell.

Sin embargo, no vayáis a pensar que una vez elegido el tipo de vino, elegir la referencia exacta ha sido trivial. Sinceramente, el primer impulso fue ir a por un Castaño Dulce o un Alceño Dulce pero entiendo que sus precios pueden parecer un poco elevados para empezar en esto de los monastrell dulces, más en los tiempos que corren. Así que mi elección, definitiva y más meditada para iniciarse en este tipo de vino, ha sido el Casa de la Ermita, de precio más contenido que los anteriores. ¿La principal diferencias entre ellos? La crianza. El Alceño tiene 12 meses de crianza, el Castaño tiene 8 meses, mientras el Casa de la Ermita tiene 3 meses.

Juan Gil 4 meses 2012

Juan Gil 4 meses

Nota de Cata

Lo prometido es deuda y yo la que tenía pendiente la voy a saldar, al menos en un 50%. Y es que si en la entrada de Casa de la Ermita, dije que dejaría para la cata del monastrell típico de Jumilla un Juan Gil 12 meses... hoy vengo a cumplir mi palabra en parte: Juan Gil, sí, 12 meses, no. Se quedan en 4, pero que nadie se lleve a engaño, que este es un vino muy interesante.

Juan Gil es una bodega casi centenaria de Jumilla, que en 2002, a manos de los bisnietos del fundador se revitaliza y se posiciona como una de las más interesantes de la zona y sus vinos monastrell 100% como uno de los mejores exponentes de la variedad. Transcurrida ya la década desde su re-fundación, su proyección internacional es altísima y tras el concepto Gil Family States se han agrupado no sólo los vinos tradicionales de las bodegas Juan Gil, sino que han aparecido otros proyectos complementarios, tanto dentro, como fuera de la D.O. Jumilla, algunos de ellos responsables de vinos de tanto renombre y fama como El Nido o en otra gama, igual de célebre pero más modesta, el oscarizado Honoro Vera.

A. Diehl Riesling Spätlese 2011

Nota de Cata

Ya, hace unas cuantas entradas me declaré fan de la señora y del señor Diehl.

Esta cata es la re-ratificación de mi total afiliación, que los Diehl hacen suya, a una forma básica y primaria de entender el vino, una forma que tanto crítico y tantos "puntos" han ido haciendo que se pierda: el vino para el consumidor. Un vino, que ante todo, antes de sofisticaciones y excentricidades, debe deleitar al que lo consume. 

Si en la anterior ensalcé el buen hacer con un tinto Dornfelder QbA, esta vez quiero hablar del vino alemán por excelencia: un blanco tradicional elaborado con Riesling. En este caso es un vino de gama QmP (sin chaptalización), la más alta de las gamas de vino alemán y dentro de esa gama, es un vino Spätlese, que viene a significar que se trata de un vino de cosecha tardía, generalmente vendimiado en el mes de octubre, lo que hace que la concentración de azúcares en la uva sea mayor. El mosto Spätlese pueden ser usado de dos maneras: para producir un vino seco entorno a 13º de alcohol o para producir un vino "amable" con azúcar residual (~35gr/l) de 11º. En este caso se ha usado el segundo estilo, que por otra parte es el más tradicional y que en algunos momentos ha sido eclipsado por el vino seco.