Macho Man Monastrell 2012

Nota de Cata

En Casa Rojo, la bodega sin viñedos propios, sin duda, han encontrado una fórmula interesante y, poco a poco, se erigen como verdaderos expertos en el arte de coordinar la elaboración de buenos vinos de pequeñas bodegas-cooperativas, envolverlos en marketing elegante y posicionarlos entre lo interesante del momento: Alicante, Priorat, Cava, Jumilla, Rueda... y así hasta doce denominaciones de origen.

En el caso de Macho Man, la elección del nombre, unida a una etiqueta de Eduardo del Fraile con aspecto de comic antiguo, lo hace destacar en un mercado cada vez más saturado de referencias; colocándolo en ese grupito de vinos modernos y un poco gamberros en los que ya habitaban La Bruja Avería, El Hombre Bala, Mujer Cañón, Comando G, El Perro Verde, Qué bonito cacareaba o Gallinas y Focas, por citar algunos.

Pero si lo traigo hoy a escena no es por su nombre, ni por su etiqueta. No nos engañemos, en este vino hay que ir más allá del packaging; y en Macho Man Monastrell, abreviado como MMM, el contenido es aún más interesante que el envoltorio. 

MMM, por lo que hemos podido indagar, tiene detrás está el buen hacer de una bodega tradicional jumillana: Arloren. Bodega familiar que en los últimos años ha unido sus esfuerzos a Casa Rojo, que ahora ocupa un papel destacado en la dirección enológica, iniciando así un proceso de modernización.

La uva proviene de 4 parcelas con diferentes suelos, altitudes y edades de viñedo; seleccionadas especialmente para esta elaboración. Vendimia manual, por tramos óptimos de maduración, relativamente tardía, entorno a la última semana de Octubre y en cajas de 15 kilos. Enfriamiento a la llegada a bodega y, detalle importante, una peculiar maceración-fermentación en depósitos de cemento sin revestir, muy a lo Pétrus. Finalmente, esto ya más convencional, cuatro meses de crianza en roble francés.

¿El resultado? Francamente, muy bueno, dentro de su estilo. En copa presenta juventud y viveza, granates intensos, capa media-alta. En nariz tiene buena intensidad y aromas bastante francos: frutas rojas y negras, ligeramente acompotadas ( ciruelas, grosellas, moras ) con leves rastros especiados y balsámicos de la crianza. Finalmente, en boca tenemos un vino ante todo fácil de beber, con unos 14.5º muy bien integrados, amplio, sedoso y con una tendencia, sin ser desequilibrada, a lo goloso ( que quizá sea lo que menos guste a los detractores del estilo ). Pero, sobre todo, sin quedarse sólamente en ser un vino goloso, que hubiese sido lo fácil, sino que además aporta sensaciones tánicas moderadas, un final aceptablemente largo y un postgusto donde se refleja los balsámicos y especiados de la crianza.

¿Cómo tomarlo? 

Sobre los 17ºC y en una copa bordelesa. 

¿Con qué acompañarlo?

En La Cabaña lo maridarían con un arroz de codorniz con crema de boletus y mantequilla de trufa. Nosotros podemos ser un poco más modestos y recomendar simplemente un arroz con codornices y setas. 

¿Dónde comprarlo y cuánto me va a doler al bolsillo?

No es un vino sencillo de encontrar, de momento se puede conseguir online en unos poquitos sitios. Este es uno de ellos, a un precio que se mueve entre los 7 y los 8 euros.

Valoración