Corte Viola Fragolino Rosso

Nota de Cata

Si anteriormente alabé el buen hacer de los italianos en el campo de los espumosos tintos y lo ejemplifiqué con los Sangue di Giuda, ahora debo hacer todo lo contario. Engañado. Esa es la palabra que mejor define la sensación que sentí cuando probé esta bebida a la que me niego a llamar vino.

Es posible, lo desconozco pues no lo probé, que antes de la prohibición en la UE de su versión original, es decir, en esos tiempos en los que el Fragolino se elaboraba con verdadera uva fresa (fragola), fuese un vino digno de probar. Un vino a considerar como una extrañeza por el sabor a fresa que esta variedad de uva le aportaba. 

Sin embargo, hoy día, el sabor a fresa es obtenido por la adición de aromas. De tal forma que lo que se comercializa como Fragolino no es más que un vino frizzante común, incluso vulgar en el caso que nos ocupa, puesto este Corte Viola no sólo es vino, sino también contiene agua y gas carbónico añadido, al que se le termima adicionado aroma de fresas para producir un supuesto Fragolino.

Ante este panorama, ¿cómo describir el resultado de la cata? Se podría resumir muy sucintamente en una frase: tomar este bebedizo es lo más parecido a tomar un jarabe espumoso con sabor a Kojak de fresa. Si nos ponemos más detallistas, podemos decir que presenta un color rojo excesivamente intenso para ser natural, un aroma totalmente irreal y un empalagoso sabor a golosina de fresa.

Una bebida totalmente prescindible y que debían haber dejado de fabricar en el mismo momento en el que dejó de poderse producir de forma tradicional.

¿Cómo tomarlo? 

Convertido en sorbete quizá sea una mejor opción.

¿Con qué acompañarlo?

Con las gominolas de tu niñez.

¿Dónde comprarlo y cuánto me va a doler al bolsillo?

Cuesta sobre 4,75€ y se consigue online. No obstante me abstendré de enlazar la web de compra para evitarte que por error pudieses comprar este producto.

Valoración