viernes, 22 de febrero de 2013

Seis Grados


Nota de cata


Fue verlo en el lineal de un hipermercado y no me pude resistir; sentí un cosquilleo recorrerme el cuerpo y todo, lo juro por lo más sagrado de los vinos bajos en alcohol. Y es que tanto escuchar hablar de ellos, de esos eminaszeros y de todos esos productos para "gente que les gusta el vino pero no les gusta el alcohol" que caí rendido ante él. 

Porque vamos a admitirlo: a mi me gustan más los trendings que a Carlos Boyero la cocaína. No obstante, para ser francos, el idilio sufrió un breve revés cuando cogí la botella del estante, le di la vuelta y leí: bebida elaborada a partir de producto vitivinicola edulcorada. Ingredientes: vino tinto variedad Syrah, agua carbonatada, acidulante E-330, edulcorante E-955 y conservante E-242. Más aún, cuando bajé la mirada al letrero que indicaba el precio y marcaba unos nada desdeñables 5,24€. ¡Pero en el fondo de mi corazón sabía que no podía dejarlo allí! ¡Teniendo esa etiqueta digna de haber sido creada por Ágatha Ruiz de la Prada! ¿Cómo no comprarlo? Claramente, tenía que entrar de lleno en el mundo de los ¿vinos? bajos en alcohol, signifique ese calificativo lo que diablos quiera que signifique. Así que sin pensarlo lo eché al carro. Sí lector, me gasté más de cinco pavos en algo que ya desde el hipermercado olía a engañabobos monumental. No dirás que no arriesgo para hacer esta web y para traer información fresca y novedosa.


No obstante, antes de seguir contando mi experiencia, te voy a pegar la nota de cata oficial que he encontrado porque creo merece la pena: Bodegas Luzón lanza al mercado un vino de contenido alcohólico reducido. SEIS GRADOS es una bebida orientada a todas las personas que no quieran renunciar al sabor, pero sí al alcohol. Elaborado con la variedad de uva Syrah en cata tiene un paladar suave, dulces tostados, chocolate y vainilla. Es un vino sabroso, fresco, de acidez viva y muy agradable. Destaca su aroma fino, afrutado, fruta roja y madura, y su color cereza de borde violáceo.

Ojito al tema: paladar suave, dulces ¿tostados?, ¿chocolate y vainilla?. Sabroso, fresco, afrutado, color cereza de borde violáceo. 

Bueno, pues ahora te voy a dar yo mi nota de cata, sincera, tal cual me sale después de haberle pegado un tiento para refrescar la memoria: Este vino (risas) es igualito que si te compras una botella de tinto de verano, puedes elegir Sandevid o Don Simón, y te echas un vaso. Punto especial merece el retrogusto a edulcorante que te deja después de beberlo. En serio, impresionante.

Y es que yo me imagino la reunión del director general con el director comercial de Bodegas Luzón, jumillanos los dos, el día que decidieron sacar este producto. Sería algo tal que así, sentados ambos a la mesa de un buen restaurante y degustando un casa de la ermita tinto dulce tras los postres:

Antonio (Director Comercial): Acho hay un tema que llevo dándole vueltas y te quería comentar... ahora que el Parker ese nos ha dao 92 puntos y Peñín 93, ¿qué hacemos? Porque digo yo que habrá que aprovechar el momento.

Pepe (Director General): Pues qué vamos a hacer Antonio... hacer uno mejor todavía y que nos den 94 puntos, ¿no?

Antonio: ¿94 puntos? Vas muy sobrao Pepe... que eso no se hace chasqueando los dedos y lo sabes. ¿Y si la cagamos? Porque superar lo que hemos hecho hasta ahora... no va a ser fácil.

Pepe: Bueno Antonio, tú eres el de las ideas. ¿Qué hacemos entonces? ¿Cómo aprovechamos el momento?

Antonio: Pues de eso te quería hablar, mira, te cuento. Llevo unos días con el enologo y hemos estado viendo posibilidades y creemos que el próximo pelotazo interesante son los vinos bajos en alcohol.

Pepe: ¿Estás de coña?, ¿no?

Antonio: No, Pepe. En serio, vinos con poco grado. Seis grados, siete... es lo que el consumidor quiere. Ya verás, van a ser el próximo boom.

Pepe: A ver Antonio, no me jodas. ¿Qué vino es ese? ¿6 grados? Pero si eso no es ni vino. Ni podemos optar a Denominación, ni nada ...

Antonio: Ya... pero tú hazme caso. Que lo hemos pensao mucho y van a ser el próximo pelotazo, seguro. Y hasta ahora, ¿cuándo nos hemos equivocado? Dime, ¿cuando? ¿No nos hemos salido con el Alma y con el Altos?

Pepe: Sí Antonio, si yo no te digo que no, pero no sé... esto no me suena igual. ¿Que quieres que te diga?

Antonio: Escuuuuuchame... yo entiendo que no te llame la idea, a mi tampoco me llamaba mucho. Pero si te parece bien, esto lo hacemos así. Vamos a hacer una inversión pequeña. Cogemos uno de los jóvenes que ya tenemos, agua con gas para diferenciarnos haciendo algo espumoso, edulcorante que ahora se lleva lo dulce y que no engorde y unas gotas de limón para compensar la acidez. Pepe... y un buen marquetin y nos lo quitan de las manos. Que sabemos que ya lo están trabajando en el Duero y en la Rioja...y esos no son tontos.

Pepe: Mira Antonio... yo te voy a ser franco. A mi eso me parece una guarrada... si parece tinto de verano. Macho, ¿qué somos ahora? ¿Dón Simón?

Antonio: Y dale. Pepe, coño... ¿Cómo te lo tengo que decir? Dame unos meses, que las zagalas de publicidad nos pinten una etiqueta maja, lo metemos en una botella apañá, lo movemos un poco por ferias, organizamos unas catas bien promocionás y tenemos a la crítica comiéndonos el culo con este vino...

Pepe: Si tú lo dices...

Antonio: Joder Pepe, si me dices que sí, en 6 meses lo vas a ver. Coste de producción: no llega a un euro. Lo ponemos a cinco y este año te compras un chalé nuevo. Como que me llamo Antonio que te lo compra... ya verás. ¿Aceptas?

Pepe: Bueno... tú eres el que sabes de esto.

Ya os digo yo que no se compraron el chalé. Con este vino tengo mis dudas que pagasen la impresión de las etiquetas que les hicieron las zagalas. En serio, se han tenido que pegar semejante hostia que, por no tenerlo, no lo tienen ya ni en la web de la bodega. Así que al menos hay que mirar la parte positiva: parece que nadie más lo va a tener que sufrir salvo que le caiga algún resto de producción.

Yo por mi parte cierro esta nota de cata con un consejo: cuando quieras tomarte un tinto de verano, agarra una botella de gaseosa, otra de tintorro, una rodaja de limón, dos hielos y una jarra de medio litro. Le pega tres patadas a este Seis Grados que no pasa de experimento excéntrico parido tras una ingesta de éxito y que cuando lo pruebas no puedes evitar pensar: ¿pero qué diablos queríais hacer almas de cántaro?

¿Cómo tomarlo?


Del frigorífico, en jarra de medio litro y con una rodaja de limón.

¿Con qué acompañarlo?


Con unas patatas fritas de bolsa o con unos cacahuetes.

¿Dónde comprarlo y cuánto me va a doler el bolsillo?


No creo que lo encuentres, pero si lo encuentras, hazme caso, no lo compres.

Valoración

No hay comentarios:

Publicar un comentario