Nota de cata
Hasta ahora, todos los vinos que habíamos paseado por este blog eran lo que los gafapastas del vino dirían vinos de supermercado. Seguramente lo dirían con gesto de asco, al tiempo que seleccionaban qué pelicula en versión original veían hoy en la filmoteca. Ya tú me entiendes.
A mí, como es obvio, los vinos de supermercado me parecen perfectos y es que además creo que es donde compra vino gran parte de las personas que les gusta echar una copilla pero no van con la guía Peñín en el bolsillo o metida por el culo, que no me termina de quedar claro dónde la llevan. Es decir, para ser claros: el supermercado es donde suelo comprar vino yo.
No obstante, tampoco hay que ser más papistas que el Papa y hay que admitir que cuando te das una vuelta por una vinoteca (física o en internet y que antes conocíamos como bodegas) puedes acceder a otros vinos no tan fáciles de conseguir en la gran superficie y que generalmente tienen una trayectoria y una calidad elevadas (también un precio en consonancia).
El que traígo hoy es un vino que además de servirte para pasar una buena noche entre amigos o con tu pareja, te dará una historia interesante que contar mientras que lo bebes. Porque aquí donde lo ves, con ese nombre tan gabacho, el vino lo hacen en el Penedés. Es más, el tal Jean Leon del que recoge el nombre, es en realidad un señor cántabro, de nombre Ceferino, que fue a hacer las américas y donde tras triunfar, como la cocacola, en el mundo de la restauración yankee con su restaurante La Scala (se codeó con lo más granado de la sociedad norteamericana: desde estrellas de cine a presidentes del país) decidió, insatisfecho con lo que podía encontrar, que necesitaba un vino a la altura de su cocina y de sus clientes. Para lo cual, ni corto, ni perezoso, se compró unas hectáreas en Cataluña, plantó, en contra de toda la tradición vitivinícola de la zona, cepas de Cabernet y consiguió producir unos vinos muy interesantes en su terruño catalán con los que deleitar a sus amigos y celebridades.
En mi caso, debo decir que es un vino que me había planteado comprar en alguna ocasión. Pero que sin embargo deseché de la cesta de pedidos porque pienso que el momento de comprar un vino es antes de que sea célebre. Cuando ya lo es, sueles estar pagando más por la fama que por el vino. En este caso, tenía dudas. No creo que a día de hoy sea un vino célebre, pero algo de la fama de Jean Leon parece quedar, si bien es cierto que los momentos de gloria de la bodega fueron hace 30 años y el posible efecto fama, si se da, está atemperado por el tiempo. Así que tras aparecer de nuevo en una conversación con un amigo catalán, me volvió a picar el gusanillo y lo compré, famoso o no, quería catarlo.
Pero bueno, al margen de la historia del vino, que tiene su aquel, y de la historia de porqué lo compré, que es menos interesante, a lo que hemos venido es hablar de el vino. Así que vamos a ello. La nota de cata oficial de este vino, bastante sincera, nos dice lo siguiente: Color cereza picota intenso. En nariz, destacan los aromas de crianza en madera (tostados, finas notas de coco y especies), sobre un fondo de frutas rojas, que caracterizan la variedad (mora y confitura de arándano...), contribuyendo a su complejidad. En boca, es goloso, presentando notas de frutas confitadas (mora y cereza) con taninos dulces y especiados pero bien estructurados, que garantizan larga vida en botella, postgusto largo y persistente.
¿Yo qué te puedo decir de este Jean Merlot, que a diferencia de los primeros, cambia cabernet por merlot? Que en copa efectivamente tiene un color cereza picota, brillante y con buena lágrima. En nariz también coincido con los tostados de la crianza, muy agradables y también algunos aromas minerales. En boca, al menos a mi, no me parece goloso, ni especialmente frutal. Hay fruta sí, pero destacan más las maderas y los minerales, siempre bien estructurados. Muy equilibrado entre los sabores básicos. Con un retronasal agradable y con taninos maduros. Buen final. Sin duda, si tuviese que definirlo brevemente sería: serio y elegante.
¿Alguna pega? Quizá pagar casi 19€ por un crianza Merlot, cuando tienen el reserva Cabernet a algo menos de 17€, parece que va un poco en contra del criterio general de precio de los vinos. Pero como no he probado el Cabernet, ya le haremos su correspondiente cata, no puedo opinar si la diferencia de precio está justificada o no lo está. Aún así, me ha parecido una buena compra.
Resumiendo: un vino serio y elegante, para disfrutar de una ocasión en pareja o entre amigos, pudiendo tener, sin necesidad de recurrir a la importación, un monovarietal merlot de calidad y precio relativamente contenido.
Sobre los 17ºC e idealmente en una copa bordelesa.
De cerdo asado con especias y ron si quieres algo contundente. O de una pularda agridulce al jengibre si quieres algo más sofisticado.
Online se puede encontrar a precios que se mueven entorno a los 18€.
A mí, como es obvio, los vinos de supermercado me parecen perfectos y es que además creo que es donde compra vino gran parte de las personas que les gusta echar una copilla pero no van con la guía Peñín en el bolsillo o metida por el culo, que no me termina de quedar claro dónde la llevan. Es decir, para ser claros: el supermercado es donde suelo comprar vino yo.
No obstante, tampoco hay que ser más papistas que el Papa y hay que admitir que cuando te das una vuelta por una vinoteca (física o en internet y que antes conocíamos como bodegas) puedes acceder a otros vinos no tan fáciles de conseguir en la gran superficie y que generalmente tienen una trayectoria y una calidad elevadas (también un precio en consonancia).
El que traígo hoy es un vino que además de servirte para pasar una buena noche entre amigos o con tu pareja, te dará una historia interesante que contar mientras que lo bebes. Porque aquí donde lo ves, con ese nombre tan gabacho, el vino lo hacen en el Penedés. Es más, el tal Jean Leon del que recoge el nombre, es en realidad un señor cántabro, de nombre Ceferino, que fue a hacer las américas y donde tras triunfar, como la cocacola, en el mundo de la restauración yankee con su restaurante La Scala (se codeó con lo más granado de la sociedad norteamericana: desde estrellas de cine a presidentes del país) decidió, insatisfecho con lo que podía encontrar, que necesitaba un vino a la altura de su cocina y de sus clientes. Para lo cual, ni corto, ni perezoso, se compró unas hectáreas en Cataluña, plantó, en contra de toda la tradición vitivinícola de la zona, cepas de Cabernet y consiguió producir unos vinos muy interesantes en su terruño catalán con los que deleitar a sus amigos y celebridades.
En mi caso, debo decir que es un vino que me había planteado comprar en alguna ocasión. Pero que sin embargo deseché de la cesta de pedidos porque pienso que el momento de comprar un vino es antes de que sea célebre. Cuando ya lo es, sueles estar pagando más por la fama que por el vino. En este caso, tenía dudas. No creo que a día de hoy sea un vino célebre, pero algo de la fama de Jean Leon parece quedar, si bien es cierto que los momentos de gloria de la bodega fueron hace 30 años y el posible efecto fama, si se da, está atemperado por el tiempo. Así que tras aparecer de nuevo en una conversación con un amigo catalán, me volvió a picar el gusanillo y lo compré, famoso o no, quería catarlo.
Pero bueno, al margen de la historia del vino, que tiene su aquel, y de la historia de porqué lo compré, que es menos interesante, a lo que hemos venido es hablar de el vino. Así que vamos a ello. La nota de cata oficial de este vino, bastante sincera, nos dice lo siguiente: Color cereza picota intenso. En nariz, destacan los aromas de crianza en madera (tostados, finas notas de coco y especies), sobre un fondo de frutas rojas, que caracterizan la variedad (mora y confitura de arándano...), contribuyendo a su complejidad. En boca, es goloso, presentando notas de frutas confitadas (mora y cereza) con taninos dulces y especiados pero bien estructurados, que garantizan larga vida en botella, postgusto largo y persistente.
¿Yo qué te puedo decir de este Jean Merlot, que a diferencia de los primeros, cambia cabernet por merlot? Que en copa efectivamente tiene un color cereza picota, brillante y con buena lágrima. En nariz también coincido con los tostados de la crianza, muy agradables y también algunos aromas minerales. En boca, al menos a mi, no me parece goloso, ni especialmente frutal. Hay fruta sí, pero destacan más las maderas y los minerales, siempre bien estructurados. Muy equilibrado entre los sabores básicos. Con un retronasal agradable y con taninos maduros. Buen final. Sin duda, si tuviese que definirlo brevemente sería: serio y elegante.
¿Alguna pega? Quizá pagar casi 19€ por un crianza Merlot, cuando tienen el reserva Cabernet a algo menos de 17€, parece que va un poco en contra del criterio general de precio de los vinos. Pero como no he probado el Cabernet, ya le haremos su correspondiente cata, no puedo opinar si la diferencia de precio está justificada o no lo está. Aún así, me ha parecido una buena compra.
Resumiendo: un vino serio y elegante, para disfrutar de una ocasión en pareja o entre amigos, pudiendo tener, sin necesidad de recurrir a la importación, un monovarietal merlot de calidad y precio relativamente contenido.
¿Cómo tomarlo?
Sobre los 17ºC e idealmente en una copa bordelesa.
¿Con qué acompañarlo?
De cerdo asado con especias y ron si quieres algo contundente. O de una pularda agridulce al jengibre si quieres algo más sofisticado.
¿Dónde comprarlo y cuánto me va a doler el bolsillo?
Online se puede encontrar a precios que se mueven entorno a los 18€.
Bien, pues ahora a por el reserva 2002 ;-)
ResponderEliminarhttp://penedes.uvinum.es/jean-leon-cabernet-sauvignon-reserva-2002