VINOLOGISTA.COM: Nauta Crianza 2009

Nota de cata

Nauta Crianza 2009

Llevaba un tiempo escuchando los buenos tintos que se están produciendo en Alicante, basados casi todos ellos en la monastrell que tan buen resultados da en el Levante.

Pero, sin embargo, sus tintos no han pasado con mucha frecuencia por mi copa, salvo contadas excepciones. Sí los blancos. Y debo decir que hacen maravillas con la moscatel. En el caso del tinto, quizá por la cercanía con Jumilla, con Yecla o con Bullas, siempre me he decantado por estos, antes que por los de mis vecinos d'Alacant.

Con este Nauta Crianza 2009 he intentado enmendar parte de mi desconocimiento con resultado un tanto deslavazado; ya que la idea que ronda mi cabeza, después beberlo, es que no sé si me han tomado el pelo. Algo así como ver el mapa de los sonidos de Tokio, que no sabes si se están riendo de ti o es que no tienes la sensibilidad para apreciarlo.

Pero vayamos al principio de un posible error. Lo compré, debo decirlo, por el envoltorio, lo cual no suele ser sinónimo de nada en el mundo del vino (y en general en cualquier mundo), pero es que este envoltorio es muy mono: botella de borgoña negra, etiqueta negra minúscula y elegante; y una descripción muy bien medida que reza así: vino elaborado a partir de uva monastrell procedente de cepas viejas [..] uva madura recolectada entre la madurez y la sobremaduración..

En mi amplia incultura vitivinícola, hasta ahora, los monastrell de cepas viejas que he tomado, por ejemplo el jumillano Hacienda del Carche Cepas Viejas, eran vinos intensos, de alta graduación alcohólica (15.5º el de la Hacienda). Así que cuando encontré el Nauta con cepas viejas, recolección sobremadura y 13.5º, la ecuación se me antojaba clara: si era un vino de 13.5º con recolección sobremadura (la concentración de azúcares por la sobremaduración es mayor con lo cual el grado del vino debe ser alto) la causa de este grado relativamente bajo debiera ser que hubiesen finalizado el proceso de fermentación dejando una pequeña parte del azúcar sin transformar, produciendo un vino diferente y ligeramente abocado, quizá, salvando la diferencia, algo así como el Enamore argentino.

Idea a la que me llevó aún más la nota de cata que circula por la red, que creo que es la oficial copiada y pegada muchas veces: En la copa presenta color rojo muy cubierto de gran intensidad, con tonalidades de color ciruela y toques violáceos. En nariz destacan las aromas de fruta madura y de uvas pasas mezclados con notas de coco y vainilla procedentes de la crianza en roble, así como aromas de la familia de la pastelería y de los tostados. En boca es denso, potente pero a la vez sedoso y aterciopelado y muy elegante, con taninos maduros y finalmente posee un larguísimo, dulzón, cálido y muy agradable paso de boca.

¿Qué puedo decir yo? Que color intenso sí, que en nariz hay fruta madura, y madera, también. Pero que el paso por boca, no es ni lo dulzón, ni lo cálido que esperaba o que el estilo del vino daba a entender. Sí que tiene taninos maduros y es agradable de beber, pero no más. No es el vino que esperaba encontrar y que creo ellos me han intentado vender. Si hubiese sido un vino de uvas sobremaduras con 15º me hubiese parecido bien, si hubiese sido un vino con uvas sobremaduras 13.5º y ligerísimamente dulce, también. Pero el resultado que dan, acorde a la descripción, me parece un engaño.

Lo cual me lleva irremediablemente a pensar que la uva está recolectada en un punto de sobremaduración mucho menor del que aseguran y que hay más marketing que hechos, conclusión que se acrecenta después de leer el pie de la etiqueta: elaborado y embotellado para comercial grupo freixenet s.a. por r.e. 2337-V.

Conclusión: un monastrell agradable de beber, pero que a mi modesto entender, tiene demasiado marketing y mucha palabra bonita: cepas viejas... sobremaduración... para intentar crear una diferenciación respecto a sus competidores que no se basa en el producto en sí mismo, sino simplemente en las palabras que lo envuelven. ¿Un vino marca blanca para gafapastas?